
La hoja es un órgano fundamental en todo vegetal. Es en ella donde se desarrollan las funciones de fotosíntesis, respiración y transpiración, las cuales forman parte primordial en los vegetales. La primera, permite a la planta fabricar su propio alimento. La segunda le permite respirar, y mediante la última se elimina el exceso de agua favoreciendo la regulación térmica e hídrica de la planta.
Tal y como la hoja, nosotros en el vínculo con nuestro Padre del Cielo, obtenemos todo lo que necesitamos; somos alimentados con los mejores nutrientes, respiramos su aliento de vida y a la luz de su presencia se eliminan los excesos que nos debilitan y dificultan nuestro sano crecimiento.
En ciertas temporadas, de manera natural, algunas hojas deben desprenderse y caer, esto será necesario para dar paso a la renovación. Nuevos y tiernos brotes aparecerán. Así también en nuestra vida espiritual: experimentaremos tiempos de pérdida, luego de los cuales, sin duda, vendrá el renuevo.