
«Síndrome del corazón roto: de qué se trata la patología que puede confundirse con un infarto»
«Sentir dolor en el pecho, dificultades para respirar y malestar general pueden ser un conjunto de síntomas propios de un infarto, pero no siempre se trata de eso, a veces es un corazón partido.
La expresión “corazón partido” o “corazón roto” no es solo una figura literaria sino una realidad médica conocida como miocardiopatía de Takotsubo, también llamada síndrome del corazón roto.
“El síndrome del corazón roto fue una enfermedad que se describió en los años noventa en Japón y que, si bien es un cuadro de mucho impacto, afecta a muy poca población. Es muy paradigmática de cómo afecta el estrés crónico y agudo, sobre todo vinculado a generar un cuadro muy similar a un infarto de miocardio”, explicó a Telemundo la doctora Virginia Michelis.
El cortisol en altas cantidades provoca un aumento de la actividad cardíaca y la constricción de los vasos sanguíneos; también puede inhibir la actividad estomacal, perder el apetito o sentir malestar.
De esta manera, una pérdida repentina, un accidente, una discusión fuerte, el fin de un vínculo o incluso una emoción que no sepamos manejar y genere altos niveles de estrés, pueden desencadenar esta condición por la cantidad de adrenalina y cortisol que se propaga en el cuerpo.
Sin embargo, a diferencia de un ataque cardíaco, las arterias coronarias no presentan obstrucciones.
“En esa inflación se da justamente que la punta del corazón deja de contraerse”, agregó la especialista.
Por último, hay otro elemento que interviene: el sistema nervioso simpático, que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial; y el parasimpático, que las reduce.
Estas dos funciones por lo general se activan por separado para regular un desequilibrio, pero cuando sufrimos un cuadro de este tipo, se activan simultáneamente, lo que causa mensajes opuestos que intentan “sobrescribirse” para regularse mutuamente, sin que ninguno de los dos llegue a cesar».
Extraído de Telemundo. Link a la noticia completa
La vida diaria y el estrés que implica para todos nos pone en riesgo constante. Este informe lo explica sencilla y claramente. Nuestra forma de vivir debe cambiar en todos los aspectos: emocional, físico y muy especialmente en el espiritual para así obtener la vida plena que Jesús nos promete.
Oremos
Señor, recuérdanos cada día como debemos vivir para honrarte con nuestro cuerpo, mente y espíritu. Encamínanos por la verdadera senda de la vida. Y que aprendiendo podamos llevar a muchos a la vida abundante que nos has preparado. En el nombre de Jesús, amén.
Noela Rebollo